Eutanasia para vivir: Un libro para renacer
Volver a la vida en la vida misma, como un ave fénix...
Nacida de un sueño, “Eutanasia para vivir” es una obra canalizada por Martín Achirica, al menos así él lo cuenta, asegurando que como escritor él sólo es un canal y que este libro, más que escribirlo, en realidad lo vivió.
“Volver a la vida en la vida misma” describe el libro, lo que explica el despertar de la conciencia que puede traer el hecho de dejar que muera esa parte de nosotros que ya no necesitamos para ser felices, desconectarse del apego y el sufrimiento.
El libro nos pone cara a cara con la muerte y nos hace tomar conciencia del inminente paso del tiempo.
Es un viaje de reflexión para aceptar lo inevitable y tener presente la muerte como algo que siempre te acompaña para que aproveches esta vida al máximo, para rendirte a la existencia, para dejar morir esa vieja versión de ti, mudar tu piel, soltar eso que te pesa y ya no necesitas para enfocarte en lo que te hace realmente feliz, lo que te abre paso a tu evolución, tu razón de SER.
¿Qué es la muerte? Esa es una de las cuestiones que responde el libro que te hace hace amigo de este proceso natural de la vida.
Achirica nos enseña mediante su filosofía por qué es necesario morir para vivir. Cada día renacemos, desde que vamos a la cama hasta que despertamos, cada momento cambiamos y nunca volveremos a ser los mismos.
Lamentablemente muchas personas se vuelven víctimas de su pasado y cargan con errores y penas que no les permiten avanzar. Otros se atan a lo material o el dinero, que a fin de cuentas compra lo más barato en esta vida.
Mediante sus letras, el autor no pretende ser un ejemplo, sino un canal y un impulso que te invita a morir a todo eso que te hace daño, a todo lo que has cargado por años y que te limita para lograr tu pleno potencial. Como parte de esto, el texto considera al ego como un caballo que no podemos borrar pero sí aprender a cabalgar.
También nos dice que el rezo más sagrado es el agradecimiento y que es necesario perdonarte a ti antes que a nadie. Dar las gracias y dejar ir. Hacer tu eutanasia como una muerte elegida. No basta con desear, sino hay que saber elegir vivir más que sólo existir.
La vida es un regalo, pero no es para siempre al menos en este plano físico, ahí también radica su valor. El autor también nos invita a tener certeza más que sólo creer en Dios o en esa energía que mueve el mundo y puede adoptar muchas formas y nombres, y en nuestra alma como una parte de esa fuente infinita.
Este es un libro lleno de frases valiosas y sentimiento que nos permite usarlo como reflejo para recapacitar, mirarnos de frente y vivir el aquí y el ahora que es todo lo que tenemos, todo lo que existe.
Incluso la muerte termina por ser una ilusión, porque “nada se pierde, todo se transforma”. Somos luz y debemos dejar que esta nos impregne para no volvernos presa de la oscuridad. Hablando del lado oscuro, el cual todos tenemos, es importante también conocerlo; el plan es transformar la realidad mirando hacia dentro y de adentro hacia afuera crear nuestra chispa que ilumine esa parte de este mundo que es sólo nuestra, nuestro lugar sagrado, esta pieza de rompecabezas que somos para celebrar la unidad que podemos llegar a ser.
Para aquellos que no aceptan la muerte como un proceso natural, el autor cuenta que la vida es como un supermercado y tarde o temprano nos enfrentaremos a la cajera que nos preguntará “¿encontró todo lo que buscaba?”.
Quiero finalizar con mi frase favorita del libro:
“Ama tu luz, porque te guiará el camino, pero también, ama tu sombra, porque te hará ver las estrellas”.